Los Viajes de Steffen.
Las exploraciones se hacían generalmente a pie, con embarcaciones de madera y lona que eran transportadas a hombro o con balsas construias por los propios expedicionarios en los lugares necesarios. Así se recorrieron centenares de kilómetros de zonas abruptas e inhóspitas, cruzando fiordos, ríos lagos y pantanos, montañas, glaciares y bosques impenetrables donde las sendas se abrian a golpes e hacha y machete. Todo eto en medio de lluvias, nevazones, temporales, vientos huracanados y fríos intensos, y con precarias condiciones de abrigo y alojamiento.
Los resultados más completos de su trabajo están reunidos en su obra fundamental, «West Patagonien», que consta de dos tomos y que fue publicada primeramente en Chile y más tarde en Berlín, en el año 1919. La Universidad de Chile prepara la reedición de la obra en español para fines de este año, según información entregada por el Consejo de Cultura de Aysén
Steffen había nacido el 20 de julio de 1865 en la ciudad de Fürstenwerder, al noreste de Berlín, Alemania. Llegó a Chile en 1889 a trabajar como profesor de la Universidad de Chile. Abandonó el país en 1913, con rumbo a Berlín, donde se dedicó a sus estudios y a escribir otra numerosa obra especializada. En Suiza, el 7 de abril de 1937, murió al parecer sin descendencia. El gran explorador patagónico fue sepultado en los Alpes Suizos, cerca del mismo pueblito de Clavadel donde escribió la versión alemana de «West Patagonien».
Hans Steffen es recordado por monumentos y calles que llevan su nombre en varios pueblos de la Patagonia. Lo recuerda también un glaciar que baja del Campo de Hielo Patagónico Norte, el fiordo en el cual este desemboca, y algún otro cerro a él dedicado. El más bello de éstos es ciertamente el Cerro Steffen, también conocido como Mellizo Sur, que se erige imponente más allá del remoto Brazo Oeste del lago O’Higgins.
-«En esta región vimos que hay historias muy interesante y encontré el libro de Steffen en Alemán y leímos que se enfermó de los pulmones pero no sabíamos donde había sido enterrado. Haciendo entrenamientos en los Alpes, pasamos un día por Davos y pasamos a los cementerios a ver si estaba la Tumba de Steffen y en el cementerio encontramos la tabla de la tumba. Escribimos a la comuna de Davos pidiendo que salvaran la lápida de madera que llevaba el nombre de Steffen. Los suizos contestaron cobrando dinero para salvar la lapida porque ya el plazo de la tumba estaba vencida». Silvia y Gino divulgaron el encuentro de la tumba de Hans Steffen en uno de los cuadernos patagónicos dedicado al lago O’Higgins – San Martin que auspiciaba la firma argentina Techint.
Después de la publicación, varias personas, entre las que me incluyo, solicitaron al Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile la repatración de los restos de Steffen y es así como recibo copia del Of. Ord. N° 502, de fecha 20 marzo 2001, de la Directora Nacional de Fronteras y Límites del Estado, señora María Teresa Infanti Caffi, que informa a la Señora Intendente de la XI Región:
“ 1.- Tengo el agrado de dirigirme a Us. a fin de poner en su conocimiento que se encuentra en poder de esta Dirección Nacional un ánfora con las cenizas de quien fuera uno de los más distinguidos geógrafos con que contara el país, el Profesor y Doctor en Filosofía, originario de Alemania, don Hans (Juan) Steffen. Sus restos han sido traídos desde Suiza a iniciativa de personas conocedoras de lo que fue su vida y obra, con el fin de honrar su memoria en el medio en que desarrolló en plenitud sus inquietudes intelectuales y científicas. El Ministerio de Relaciones Exteriores, acogiendo dichas iniciativas, dio instrucciones a nuestra Embajada en Suiza para recuperar dichos restos, lo que recientemente fue logrado. Una placa de madera que señalaba su tumba en la localidad de Clavadel, vecina a Davos, habría sido traída a Chile hace dos años y se encontraría en el museo de Coyhaique, según se nos ha señalado».
Así, se planeó levantar un monumento a Steffen en la región de Aysén. El sitio elegido para honrar las cenizas de este explorador notable fue la bifurcación de los caminos de Mañihuales y Puerto Aysén, a sugerencia del senador Antonio Horvath. (Personalmente había propuesto hacerlo en Villa O’Higgins, destacando el descubrimiento del desagüe hacia el Pacífico del misterioso lago conocido por la pampa como San Martin, por el río que denominó «Pascua». Exploradores argentinos habían argumentado que el lago tributaba al Atlántico, a través de una conexión desconocida con el lago Viedma).
Desde 2006, el sitio elegido para honrar memoria eterna al explorador es el sector de El Claro, cerca de Coyhaique, en donde se levantó un monumento cinerario.
