En las últimas semanas, silenciosamente pasaron por Villa O’Higgins y la región los consultores de la agencia «Tironi Asociados», contratados por Endesa para conocer las posiciones de las redes locales y regionales ante el inminente anuncio de construcción de cuatro megacentrales hidroeléctricas. Quizás, decir pasaron es una exageración, ¡Endesa, señoras y señores ya está entre nosotros! En Octubre comienzan los estudios topográficos y sondajes en el nacimiento del río Pascua.
Por otra parte, a nivel nacional una calculada acción publicitaria destaca el lema «Energía natural de Chile» que busca sensibilizar a la comunidad sobre los aportes que hace la compañía. Esta señal puede ser la antesala de un mayor ciclo de expansión de la empresa española en el país. Además de Aysén está en la mira otra central en Neltume (Paradójicamente, en las mismas tierras de nuestros ya conocidos de Huilo Huilo).
Las empresas Endesa y Transelec ya comienzan a pensar en la instalación de centrales en el río Baker y el Pascua, afluentes caracterizados por ser los más caudalosos del país. Se quiere colocar dos centrales por cada afluente, las cuales generarán en conjunto unos 2.500 MW, que serán incorporados al Sistema Interconectado Central, energía equivalente al tercio de la totalidad generada por el SIC, entre Taltal y Chiloé.
El escenario que podría darse seria la exagerada producción de energía, sin embargo, el Ministro de Energía Rodríguez Grossi, asegura que una vez concretada la interconexión energética con Argentina, Perú, Brasil y Uruguay, la producción de energía podría comercializarse en los mercados, convirtiéndose en un buen negocio tantos para públicos y privados.
Buen negocio, pero nada de sustentable. Creo que poco se está haciendo para desarrollar las fuentes renovables, que en Chile son abundantes, y que explotadas de manera sustentable serían una solución concreta y definitiva al tema energético en nuestro país.
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