El glaciar O’Higgins ha sufrido este invierno de 2017 un desprendimiento de hielo de un área de 2,03 kilómetros, una situación que ocurrió en un espacio de tiempo de sólo dos meses, entre mayo y julio, algo que ha alertado a los expertos por su rapidez y gran superficie.

A la pérdida de  los dos kilómetros cuadrados se agrega una importante contracción de la línea de frente del glaciar, pasando de 3.700 metros que presentaba hace un año, a 2.000 metros en la actualidad. La profundidad del ancho frente del glaciar era estimada por glaciólogos entre 150 y 450 metros, por tanto el volumen de hielo descargado al Gran Lago O’Higgins es impresionante.

De acuerdo con imágenes satelitales aportadas por el Centro de Estudios Científicos, CECs, el proceso de retroceso se inició a mediados de mayo con el agrietamiento y progresiva ruptura del frente sur del glaciar, situación que fue avanzando de manera irreversible hasta formar una gran bahía de casi dos kilómetros de fondo. La imagen del 19 de junio muestra la ruptura del frente central del glaciar, situación que el 14 de Julio adquiere una forma dramática.

La causa de este dramático fenómeno se explica por el adelgazamiento del glaciar debido al derretimiento superficial de los hielos. El glaciólogo Andrés Rivera, que de manera incansable ha estudiado los glaciares del lago O’Higgins desde 1997, explica que «cuando se genera adelgazamiento en el hielo es síntoma de que el hielo está llegando a la línea de flotación, se desprende de la roca, comienza a resquebrajarse y el glaciar se desgaja».

Para continuar con el entendimiento de este fenómeno, un equipo de seis glaciólogos del Centro de Estudios Científicos, CECs, dirigidos por Andrés Rivera, arribó este fin de semana a Villa O’Higgins, y viajó a Campo de Hielo Sur para analizar con mayor detalle las condiciones actuales del hielo y explorar la nueva morfología del glaciar O’Higgins.

www.villaohiggins.com

REGISTRO DEL PROCESO DE RUPTURA DEL FRENTE.