El diario El Rancahuaso publica esta nota de Alejandra Noemí sobre el escenario que actualmente hay en el mundo en torno al agua, donde las zonas más afectadas son Africa y el Medio Oriente.
Actualmente el escenario que presenta el vital elemento es alarmante. La preocupación aumenta frente a un dato impactante ofrecido por el IV Foro Mundial del Agua realizado en México este año, que señala: de las 6 mil 500 millones de personas que habitan el planeta, 21% carece de agua potable.
Hoy miles de millones de seres humanos no sólo sufren de escasez de agua, sino que se encuentran expuestos a enfermedades por la falta de higiene lo que conlleva a muertes prematuras. Todos los días 10 mil niños menores de cinco años mueren en países del tercer mundo como resultado de enfermedades contraídas por el consumo de agua contaminada.
El mundo se está dando cuenta que estamos en una crisis. De acuerdo con el Fondo Mundial para la Vida Silvestre (WWF), poco más de los 100 de los 177 ríos más grandes del mundo (de 1.000 km o más) están perdiendo su conexión al mar, y unos 40 más están a punto de hacerlo en los próximos 15 años, todo ello producto de la contaminación y el desvío de aguas tanto al área agrícola como a las represas.
El informe de Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Hídricos en el Mundo 2003 sentencia: “a mediados del presente siglo, 7 mil millones de personas en 60 países sufrirán escasez de agua, en el peor de los casos, y en el mejor, se tratará de 2 mil millones de personas en 48 países”.
Algunos investigadores y expertos en medio ambiente han acusado al Banco Mundial (BM) y empresas transnacionales de forzar la privatización del agua en los países en vías de desarrollo. Pese a que la mayoría de las constituciones nacionales establece que el Estado tiene a cargo el agua nacional, el BM ha buscado aplicar la llamada “Asociación Pública Privada”, la cual pretende darle al sector privado mayor independencia para el manejo de los recursos hídricos. Esto a veces no es muy conveniente, ya que los particulares y en especial las transnacionales, pueden manejar libremente el agua, convirtiéndolo en un producto de consumo.
Hoy miles de millones de seres humanos no sólo sufren de escasez de agua, sino que se encuentran expuestos a enfermedades por la falta de higiene lo que conlleva a muertes prematuras. Todos los días 10 mil niños menores de cinco años mueren en países del tercer mundo como resultado de enfermedades contraídas por el consumo de agua contaminada.
El mundo se está dando cuenta que estamos en una crisis. De acuerdo con el Fondo Mundial para la Vida Silvestre (WWF), poco más de los 100 de los 177 ríos más grandes del mundo (de 1.000 km o más) están perdiendo su conexión al mar, y unos 40 más están a punto de hacerlo en los próximos 15 años, todo ello producto de la contaminación y el desvío de aguas tanto al área agrícola como a las represas.
El informe de Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Hídricos en el Mundo 2003 sentencia: “a mediados del presente siglo, 7 mil millones de personas en 60 países sufrirán escasez de agua, en el peor de los casos, y en el mejor, se tratará de 2 mil millones de personas en 48 países”.
Algunos investigadores y expertos en medio ambiente han acusado al Banco Mundial (BM) y empresas transnacionales de forzar la privatización del agua en los países en vías de desarrollo. Pese a que la mayoría de las constituciones nacionales establece que el Estado tiene a cargo el agua nacional, el BM ha buscado aplicar la llamada “Asociación Pública Privada”, la cual pretende darle al sector privado mayor independencia para el manejo de los recursos hídricos. Esto a veces no es muy conveniente, ya que los particulares y en especial las transnacionales, pueden manejar libremente el agua, convirtiéndolo en un producto de consumo.
Pero la crisis del agua no parece estar tan lejos… Canadá es un país que tiene agua fresca en abundancia (se estima el 20% de las reservas mundiales), mucha más de la que necesita, sin embargo del otro lado de la frontera, en el extremo suroeste de EE.UU., la sequía ha provocado la rápida reducción del lago Mead, proveedor de agua del valle de Las Vegas y aún no han encontrado una solución a este problema.
El río Colorado, fuente crítica de agua potable para California y Arizona, que además alimenta a la represa Hoover, ha visto reducido su caudal a la mitad en los últimos años.
Ahora, EE.UU. ha puesto el ojo en su vecino del norte con el objetivo de encontrar una solución a la escasez de este preciado recurso. La situación se ve difícil pues Canada, a pesar de venderle a los Estados Unidos toda clase de recursos como petróleo, gas, uranio y otros, no quieran hablar ni siquiera de la posibilidad de vender agua dulce, pues gran parte del agua de Canadá es un recurso finito.
Los gigantescos glaciares nevados en las laderas de las montañas rocosas canadienses alimentan los lagos turquesas a sus pies y los ríos que irrigan las vastas praderas.
Sin embargo, el cambio climático está causando un rápido derretimiento de los glaciares y cuando esto suceda, desaparecerán para siempre.
El río Colorado, fuente crítica de agua potable para California y Arizona, que además alimenta a la represa Hoover, ha visto reducido su caudal a la mitad en los últimos años.
Ahora, EE.UU. ha puesto el ojo en su vecino del norte con el objetivo de encontrar una solución a la escasez de este preciado recurso. La situación se ve difícil pues Canada, a pesar de venderle a los Estados Unidos toda clase de recursos como petróleo, gas, uranio y otros, no quieran hablar ni siquiera de la posibilidad de vender agua dulce, pues gran parte del agua de Canadá es un recurso finito.
Los gigantescos glaciares nevados en las laderas de las montañas rocosas canadienses alimentan los lagos turquesas a sus pies y los ríos que irrigan las vastas praderas.
Sin embargo, el cambio climático está causando un rápido derretimiento de los glaciares y cuando esto suceda, desaparecerán para siempre.
El antiguo gobernador de la provincia de Alberta, en Canada, Peter Lougheed, predice que EE.UU. buscará de una forma más agresiva llegar a un acuerdo sobre el agua canadiense en los próximos tres o cinco años.
Y él quiere que los canadienses digan no.
«Para nosotros sería tonto venderla simplemente porque ahora tenemos mucha», dice.
«Es un tema candente. Nunca antes noté que la gente se sienta tan afectada por un tema como cuando se habla de agua dulce».
«En algún momento, un senador estadounidense dirá: ‘Nosotros tenemos un acuerdo de libre comercio con Canadá, entonces, ¿por qué no ejercemos nuestros derechos?’. Yo hablo porque quiero advertir a los ciudadanos para que estén preparados y lo rechacen», señala un artículo de «The Independt Institute» VerEnlace .
Y él quiere que los canadienses digan no.
«Para nosotros sería tonto venderla simplemente porque ahora tenemos mucha», dice.
«Es un tema candente. Nunca antes noté que la gente se sienta tan afectada por un tema como cuando se habla de agua dulce».
«En algún momento, un senador estadounidense dirá: ‘Nosotros tenemos un acuerdo de libre comercio con Canadá, entonces, ¿por qué no ejercemos nuestros derechos?’. Yo hablo porque quiero advertir a los ciudadanos para que estén preparados y lo rechacen», señala un artículo de «The Independt Institute» VerEnlace .
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